Director: Ridley Scott
Argumento:
Siglo XII, las Cruzadas.
Godofredo de Ibelin, caballero respetado por el rey de Jerusalén y comprometido con el mantenimiento de la paz en Tierra Santa, emprende la búsqueda de su hijo ilegítimo Balian, joven herrero francés que llora la pérdida de su mujer y su hijo.
Godofredo convence a su hijo para que lo acompañe a Jerusalén. Godofredo le enseña el verdadero significado de la caballería. Cuando Godofredo entrega su espada a su hijo, también le hace entrega de este sagrado juramento: proteger a los indefensos, salvaguardar la paz y trabajar por la armonía entre las diferentes religiones y culturas, de manera que el reino de los cielos pueda surgir en la tierra. Tras la muerte de su padre, Balian hereda sus tierras y su título de caballero en Jerusalén, ciudad en la que cristianos, musulmanes y judíos han conseguido convivir pacíficamente durante la tregua entre la Segunda y la Tercera Cruzada. En Jerusalén en ese momento existe una frágil paz, resultado de los esfuerzos de su inteligente rey cristiano, Balduino IV, ayudado por su consejero Tiberias, y de la moderación militar del legendario líder musulmán Saladino. Pero los días de Balduino están contados, y trazas de fanatismo, envidias, codicia y celos entre los cruzados amenazan con hacer saltar la tregua por los aires. La visión de la paz de Balduino –un reino de los cielos– es compartida por un puñado de caballeros, entre los que se incluye Godofredo de Ibelin, quienes han jurado defenderla con sus vidas y su honor. Con una fidelidad inquebrantable, Balian sirve a su rey.
Os animo a ver estos montajes musicales con imágenes de la película
En este montaje la música es del grupo español de heavy metal Warcry. El título de la canción es "La muerte de un sueño" del álbum "Alfa", 2011.
Ya sabemos que durante la Edad Media los caballeros debían dedicarse a la guerra y a la defensa del territorio. Además a partir del s. XI muchos nobles y caballeros acudieron al llamamiento del Papa Urbano para defender y proteger Tierra Santa de los ataques e invasiones de los infieles.
Las Cruzadas, campañas militares en defensa de Tierra Santa, se iniciaron en el año 1095. Las cruzadas se desarrollaron en varias oleadas o campañas a lo largo de más de 200 años.
Como sabes el armamento básico de un guerrero es el yelmo, la cota de malla, el escudo y la espada. Los dos primeros, yelmo y cota de malla, son defensivos, es decir, para proteger la vida del caballero mientras que el escudo y la espada es armamento ofensivo. Además el caballero podía utilizar otras armas como la lanza, el martillo, la maza, etc.
La cota de malla, llamada también loriga, era un jubón de malla metálica que recubría el busto y los brazos descendiendo hasta los tobillos; la defensa de la cabeza se completaba con un capuchón de malla, que podía ir separado o formar una pieza única con la cota; sobre éste se calaba el yelmo de acero, que en la primera mitad del siglo XII era de forma cilíndrica, cerrado, dotado de orificios para los ojos, mientras que posteriormente fue sustituido por el casco de hierro.
A finales del siglo XII, una cota de malla podía estar constituida por miles de anillos forjados y remachados, si bien una cota de tal clase sólo estaba al alcance de los caballeros más pudientes.
Las espadas se caracterizan por su ancha hoja de doble filo, diseñada para cortar y tajar. La empuñadura de dichas espadas era corta, de una sola mano.
Durante el s. XI se desarrollaron en Europa otro tipo de armamento, las ballestas y los arcos.
Los arcos se utilizaban inicialmente para la caza pero pronto se vio su utilidad en el ejercicio de la guerra. Las ballestas se empezaron a utilizar gracias a que permitía lanzar las flechas a mayor distancia que el arco y con menos esfuerzo. Los arqueros y ballesteros pronto se hicieron indispensables en el campo de batalla aunque no eran bien vistos por los nobles entrenados en el arte de la guerra
También en estas escenas podéis observar el armamento de asalto o de asedio como las catapultas, los arietes y las torres de asedio. Estos artilugios servían al atacante para asaltar las murallas del castillo o de la ciudad. Las catapultas lanzaban piedras y objetos ardientes que pretendían romper las almenas de las torres e incendiar los tejados; las torres de asedio se acercaban hasta las murallas apoyando en ellas una pasarela por dónde accedían los asaltantes e iniciaban una lucha cuerpo a cuerpo con los defensores. Por último el ariete que se hacía rodar hasta una parte de la muralla o una puerta. Una vez allí, se balanceaba el trono haía delante y hacia atrás. La fuerza de los golpes abría brecha en las placas de madera de la puerta o en el muro de piedra, abriendo una apertura para el ataque.
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